Entrañables jornadas las vividas en el pueblo minero de Vallejo de Orbó, en la Montaña Palentina.
Por la mañana el pueblo olía a alubias rojas con chorizo y tocino. Tenía lugar el IV concurso de ollas ferroviarias con medio centenar de participantes.
La olla ferroviaria era un plato gastronómico vinculado al Ferrocarril de La Robla. Con este artilugio se cocinaba aprovechando el carbón de las maquinas de tren.
Nos acompaño el folclore de «Los Peralos» al son de pito, gaita y tambor.
Y desde el viernes disfrutamos de proyecciones en la Casa del Pueblo de Vallejo, local construido por los mineros vallejanos y recientemente recuperado por el ayuntamiento de Brañosera, proyecciones de documentales cedidos por el Museo de la Siderurgia y Minería de Sabero.
También tuvimos ocasión de disfrutar de la magnífica colección de fotografías, lámparas y herramientas ligadas al mundo minero que pertenece a Fernando Cuevas y al Centro de Interpretación de Barruelo.
Visita obligada al Belén de Fernando y ARPI.
Y por la tarde la tradicional procesión de lámparas y antorchas recuperada por ARPI en 2012 y con una creciente asistencia.
Cerca de 500 asistentes desafiaron a la noche y a la niebla.
Y en el Pozo Rafael reconocimiento al VOLUNTARPI del año, Pedro Ruiz Arenas.
Misa minera cantada por el Coro Rubagón, sopas de ajo para el calor del cuerpo y vino y mistela para el del espíritu.
¡Ah! y bendición y degustación de las tortas. Una tradición documentada en Barruelo en 1861 y recuperada este año en la que durante la misa en honor a Santa Bárbara se bendecían unas tortas que los mineros portaban.
Gracias a todos los asistentes y sobremanera a todos los que habéis colaborado.
Gracias amigos.
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